TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. “En silencio, como si no tuviera duda alguna de que mi iniciativa seria secundada, comencé a quitarle la ropa de la mitad inferior del cuerpo a mi acompañante, quien seguía con la inmutable sonrisa fija en su cara. Entonces bajé mis pantalones y me introduje en ella calmadamente, dejando que la suave brisa ya algo más tibia de la primavera empujara con placidez la lancha y nos meciera a su antojo…” (Se va, se va la lancha, p.14) Revisé esta obra con bastante desagrado inicial, solamente por un sentimiento de obligación hacía el autor, al que me une una especia de antigua amistad a regañadientes. Hice lo mismo con el puñado de novelas anteriores que ha publicado este caballero, encontrándolas todas, tengo que reconocerlo, entretenidas. Me desalientan los compendios de cuentos, siempre quedo con “gusto a poco”. Pero para mi gran sorpresa, los treinta y un, (buen número), que aquí se presentan, me “agarraron. Salté con fruición de cada uno al siguiente, No pude dejar el texto hasta terminarlo. Mi opinión: si el lector busca lectura relajante para quedare dormido por las noches, está obra no es lo adecuado. Apuesto: a quien le caiga en las manos no la suelta hasta su conclusión. Cada cuento es un destilado dinámico y elegante de trama, humor, sexo, picardía, mucha irreverencia y algo, no mucho (lo justo y necesario), de reflexión sobre la naturaleza humana. –Gregorio Subercaseaux

Calificación del estado de los libros:

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