Cinco estrategias didácticas para crear un hábito de lectura en preadolescentes

Cinco estrategias didácticas para crear un hábito de lectura en preadolescentes

Desde muy temprana edad, la lectura está presente en la vida de los niños y niñas. Bien sea en la escuela o en la casa, los más pequeño del hogar siempre están expuestos, de una manera u otra, a desarrollar su capacidad lectora y por ende un pensamiento propio.

Si viajamos al pasado y recordamos algunos de los primeros acercamientos de nuestros hijos con la lectura, lo primero que se nos viene a la mente es la cartilla, esa dinámica inicial con la que muchos aprendieron el abecedario.

Otros, quizá, recordarán cuando por asociación comenzaban a adivinar lo que podía decir un letrero en la pared o una valla publicitaria en la autopista. Era como una especia de rompecabezas en donde los niños y niñas, entusiasmados por aprender a leer más rápido, sentían curiosidad por saber qué decía en cada cosa que veían: un texto, una caja, un sobre, un envase, entre otros.

De una u otra manera, siempre hubo esa curiosidad por las letras y los libros. Sin embargo, como es habitual en la etapa previa al desarrollo, es normal que los gustos cambien y cada ser humano desarrolle su propia personalidad, con gustos definidos y característicos que los hacen únicos en relación con otras personas.

En otros artículos hemos abordado <<cómo fomentar el gusto por la lectura en adolescentes>> y de qué manera se pueden <<aprovechar los primeros años de la enseñanza básica para descubrir el potencial de la lectura complementaria>>.

No obstante, esta vez queremos plantear otra situación que suele suceder más de lo que imaginamos y que, en ocasiones, como padres, maestros o apoderados, no sabemos cómo enfrentar.

¿Qué pasa cuando a nuestros niños y niñas le gusta leer pero no son capaces de crear un hábito cotidiano porque prefieren dedicar su tiempo a otras actividades que, según ellos, les pueda generar mayor diversión?

Aquí es cuando entra el desafío de todos. Si nos detenemos a pensar cuál es la razón por la que un niño o adolescente no jerarquiza la lectura como una prioridad en sus actividades diarias vamos a encontrar una respuesta que se repite en ellos: “Es aburrido”. Otros explicarán que “no es divertido" y les resulta hasta "fastidioso".

Partiendo de ese patrón el gran reto para nosotros como padres, maestros, apoderados o responsables, es lograr que algo que está tan asociado a la seriedad se vuelva divertido, llame la atención de los más pequeños, les genere curiosidad y luego lo conviertan en un hábito.

En la teoría suena fácil, sobre todo para aquellos padres que son lectores asiduos, ya que sus hijos e hijas posiblemente tratarán de imitar su ejemplo. Sin embargo, la realidad es distinta en la práctica y paradójicamente todos terminarán buscando alternativas para enfrentar esta situación.

 

Estrategias para crear hábitos de lectura en preadolescentes:

1. No imponer una lectura: está más que comprobado que para que algo funcione debe haber libertad y esta es una característica fundamental para hacer de la lectura una actividad atractiva.

Pasa muchas veces, los niños y niñas leen por obligación, porque en la escuela se les exige o porque en casa se les obliga, cuando en realidad el secreto está en no imponer algo, sino que se dé de forma consensuada.

Juega con las recompensas, motívalos y enamóralos, y poco a poco se irá creando un interés genuino por la literatura. Algo muy efectivo es proponerles tema y dejarles elegir, que lean sobre una temática que les guste y con base en ello puedan desarrollar sus ideas.

 

2. Aplica métodos que les permitan conocer el lado divertido de la lectura: no es lo mismo que los preadolescente lleguen a casa y se sienten a leer en un rincón para cumplir con la orden de papá y mamá a involucrarse con un libro de manera dinámica.

¿Qué significa esto? Básicamente, lo que quiere decir es que una forma de hacer más efectivo el hábito es incorporando nuevos elementos, por ejemplo, hablar sobre los personajes que aparecen en el libro, identificar qué rasgos caracteriza a cada uno, dramatizar parte de la historia, jugar a predecir cómo terminará el relato, entre otros.

Ten siempre presente que la idea es eliminar la parte aburrida y darle entrada a la diversión, verlo más como un juego que como un deber.

 

3. Utilizar formas alternativas de leer además de los libros: nada representa más a la literatura que un libro (físico). Sin embargo, en la actualidad los niños y niñas se involucran desde muy temprana edad con equipos tecnológicos, llámese teléfonos inteligentes, tablets, consolas de videojuegos, entre otros.

Entonces, ¡¿qué mejor que ir a ese plano —el digital— y desde ahí incentivar el hábito por la lectura?! ¿Cómo lo hacemos? En vez de leer libros de la manera tradicional, podemos probar con audiolibros, redes sociales con esta temática, libros electrónicos, aplicaciones para la lectura, entre otros.

 

4. Déjalos que disfruten la lectura: no pongas reglas. Si quieren leer un capítulo y luego saltar de una página a otra, no hay nada de malo en ello. La idea es que vean la lectura como algo productivo y no como una actividad tediosa de rutina.

En vez de leer solos en un rincón de la habitación, puedes generar espacios donde toda la familia se reúna para disfrutar de algún cuento o novela. Los niños disfrutan mucho esos momentos y, si la lectura los propicia, van a llevar un libro adonde sea que vayan.

 

5. Motívales a escribir y compartir sus propias historias: la lectura es una de las pocas actividades que pueden hacer que el ser humano explore todo su potencial creativo.

Los niños en la etapa previa a la adolescencia no son la excepción y una forma didáctica de que se apasionen por los libros es encontrando en ellos inspiración.

Anímalos a que escriban un relato, así sea corto, basados en la parte del libro que más le gustó, impúlsalos a que creen personajes en una historia y la compartan con otros miembros de la familia.

Esto no solo los ayudará a desarrollar su imaginación, sino que además los motivará a seguir leyendo y encontrando en la literatura un espacio de recreación.

/


Publicación más antigua Publicación más reciente


Translation missing: es.general.search.loading