TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. Por algunos años he padecido la creencia de que el vuelo es posible para el hombre. Mi enfermedad se ha vuelto más severa y pienso que pronto me costará una incrementada cantidad de dinero, si no la vida. Eso escribió un reservado hombre joven de Ohio en 1900, uno más en una antigua línea de hombres que habían deseado volar, que lo habían anhelado apasionada, desesperada, inútilmente. Pero ahora, al comienzo del siglo XX, Wilbur Wright y un disperso puñado de otros aventureros se convencieron de que ese sueño al fin era posible, y en una impetuosa carrera a través de diez años y dos continentes, compitieron por la conquista de los cielos. James Tobin le ha dado al fin una forma definitiva a esa historia inspiradora.Durante años, Wilbur Wright y su hermano menor, Orville, experimentaron en la oscuridad total, sólo apoyados por su excepcional familia. Entretanto, el mundo observaba cómo el imperioso Samuel Langley, que contaba con un buen contrato del Departamento de Guerra de Estados Unidos y con todos los recursos de la Smithsonian Institution, trataba de agrandar sus modelos no tripulados para crear la primera máquina voladora manejada por un hombre. Pero mientras Langley se obsesionaba con el vuelo como un problema de poder, los Wright lo encaraban como un problema de equilibrio. Así, las máquinas siguieron dos cursos muy diferentes: la de Langley hacia el olvido, la de los Wright hacia el cielo.Según relata Tobin, el triunfo de los Wright de 1903 en Kitty Hawk, si bien reverenciado popularmente en Norteamérica, fue mal informado y poco creído. En Francia, los rivales se burlaban de los Wright, aunque se precipitaban a imitarlos. En la patria, el gran inventor Alexander Graham Bell tomó la bandera caída de su amigo Langley y la puso en las manos de un círculo de jóvenes osados, instándolos a entrar en el aire . De ese grupo surgió el motociclista Glenn Curtiss, el hombre más rápido del mundo , cuyo desafío aéreo a Wilbur Wright culminó en una confrontación inolvidable sobre el puerto de Nueva York