TAPA BLANDA , LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. Camas Calientes, la novela de Jorge Becerra constituye un dramático testimonio de la vida de los emigrantes ecuatorianos y de otros pueblos de América Latina en España. La historia surge de una prolija investigación que el autor hizo en Madrid durante los años 2000, 2001 y 2002. Al constatar las difíciles condiciones de vida de estos emigrantes, Jorge Becerra decidió localizar a los personajes que mejor reflejen los estados anímicos de los emigrantes. Una muchacha, Daniela, constituye uno de los ejes narrativos. Pero no es ella sola; se le unen su propia madre, Giselle, Myriam y otras tantas mujeres cuyas vidas confluían en un punto de encuentro común: el bar de Rossy, ubicado en el corazón de Pueblo Nuevo, un barrio madrileño que se había constituido en lugar de asentamiento de ecuatorianos, colombianos, dominicanos, peruanos, bolivianos, chilenos, entre otros.
El autor de la novela tuvo que convertirse en amigo de cada uno de ellos para extraer sus historias, y sobre todo, para compenetrarse de ese profundo extrañamiento que cada emigrante lleva impregnado en su piel.
Jorge Becerra quiso desentrañar el origen de este gran fenómeno social ocurrido en el Ecuador. Se sabe que por entonces, cerca de un millón de ecuatorianos habían ido a parar en España. Se escribían artículos periodísticos sobre ellos; algunos sociólogos trataban de explicar el porqué del fenómeno migratorio y sobre todo, de analizar las consecuencias socioculturales y anímicas entre los afectados: Hogares disueltos a ambos lados del Atlántico, niños abandonados, poblaciones enteras casi convertidas en pueblos fantasmas en la mayoría de las provincias ecuatorianas, pero sobre todo, el alma atormentada del emigrante trasplantado a tierras ibéricas.
El título de la obra proviene de la práctica muy difundida ente nuestros emigrantes: la de compartir una misma cama, a veces en tres turnos de usuarios durante las veinticuatro horas del día. De este modo las camas nunca dejan de estar calientes.
A la dificil relación madre - hija, que constituye el eje de la obra, se unen otras historias llenas de un dramatismo que conmueve, como la de Giselle, la femme fatale de las diminutas minifaldas; la de Vanesa, la prostituta de altísimos tacones de cristal, confundida ente el bien y el mal; la del mesero, convertido en cabeza de una naciente red de delincuentes; las de todos aquellos que se perdieron victimas de un alcoholismo sin retorno y las de quienes respiran una nostalgia crónica.